Dolores Romero.-Llevamos una serie de días teniendo en Sanlúcar unos índices de concentración de ácido sulfhídrico en el aire que superan los mínimos admisibles, según ha informado la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. Del sábado al domingo se ha superado por segunda vez consecutiva los niveles mínimos admisibles de concentración de ácido sulfhídrico, habiendo sido la primera la jornada del miércoles al jueves. Los efectos que produce este gas son irritación en las vías respiratorias y puede llegar a provocar náuseas, dolores de cabeza y mareos, efectos que muchos sanluqueños dicen haber sentidos en estos últimos días.
El origen de esta alta concentración en el aire de este gas es todo un enigma, ya que suelen emitirse en algunas industrias, de las cuales no existen en nuestra ciudad. Es triste esta realidad de Sanlúcar, no tener industrias de este tipo y, sin embargo, sufrir las consecuencias contaminantes de ellas.
Ante la falta de una explicación oficial que pueda justificar y clarificar este hecho, se están desatando toda clase rumores, incluso, algunos lo están relacionando con el incendio que se produjo por detrás de las lomas de Martín Miguel,
( ver vídeo del incendio) los más lo relacionan con la propia depuradora o los vertidos malolientes que mediante los aliviaderos de la playa se están realizando impunemente. Sea cual sea la procedencia de este gas, cuyas concentración en el aire que respiramos todos ha alertado a la Consejería de Medio Ambiente, lo cierto es que origina inquietud en la población y, por ello, se requiere una actuación rápida y eficaz de las administraciones pertinentes y, sobre todo, de las delegaciones municipales locales con competencia en medio ambiente.
La Delegada de Medio Ambiente, Inmaculada Muñoz, cuya única actividad conocida en esta área es dar una y otra vez los mismos datos estadísticos antes y después de los veranos, ante el requerimiento de información por parte de algunos ciudadanos, da la callada por respuesta y se encoge de hombros como queriendo decir que ello no va con ella. No sabe no contesta y ni siquiera se ha molestado en ponerse en contacto con la propia Conserjería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía para requerirle información ante la posible alarma social que se pudiera crear. La salud pública medioambiental es un asunto muy importante para dejarlas en manos de personas que son capaces de mostrar actitudes tan poco responsables.
Ante la pasividad de la citada Delegada de Medioambiente y mientras esperamos, no sin indignación, alguna aclaración por parte del ayuntamiento, animo a los ecologistas, ya que son los únicos interesados en la salud pública medioambiental de nuestra ciudad, utilicen sus resortes para exigir explicaciones a las administraciones involucradas para esclarecer estos hechos para tranquilidad de los ciudadanos.
