Los políticos, desde hace ya mucho tiempo, no hacen política: hacen propaganda. Parece haber inventado la venta directa y hacen uso y abuso de ella

Manuel Rodríguez.-La vida de los políticos, que no hacen política, se ha convertido en pura propaganda diaria. Los medios de comunicación consciente de su poder, la de los medios, los tienen cogido, bien cogido por donde más les dueles a estos políticos de poses ensayadas y discursos intercambiables.

Un día cualquiera de la semana, una semana cualquiera de un mes cualquiera basta ojear los diarios, las noticias, las paginas Web… para ver, para darse cuenta de hasta donde son capaces de llegar la clase política convertida al mercantilismo propagandístico. En realidad es en lo único en lo que creen.

 Dentro de poco tiempo, a final de noviembre, tenemos, es un decir, elecciones en Cataluña. Y en 2.011 las municipales y la mayoría de las Comunidades Autonómas… Es suficiente para que la mayoría de los políticos, de ambos géneros (aquí hay pocos distingos) se vuelvan majaretas por salir en las televisiones locales con enormes carteles con el careto del candidato de turno sin que ese careto venga a cuenta alguna. Véase sino el último acto propaganda del CIS. Y lo más triste del caso es que todo es a cargo del dinero público que les pagamos religiosamente cada mes.

 

Todo es pose y un poco/mucho del Photoshop. En eso han quedados los políticos: en poses y en propagandas.

Porque lo que es gobernar ya no gobiernan. Quienes nos gobiernas no se presentan a las elecciones, no presentan ningún candidato, no pegan ningún cartel, no ponen cuñas radiofónicas, propaganda en prensa escrita o de TV…ni, por supuesto, no se han comprometido con los ciudadanos en ningún programa electoral.

 

Los políticos, cuando hacen como que gobierna. Lo que en realidad esta haciendo es dar a manos llenas las cosas públicas, regala la gestión pública. En Sanlúcar, por ejemplo, el ciclo integral del agua. Y, hete aquí una cantidad enorme de políticos desocupados que solo tiene tiempo para las poses y las propagandas.

 

La política tiene que estar en manos de políticos honrados, parece más un deseo que una realidad viendo lo que vemos todos los días a todas horas, y en unos más honrados, aún, funcionarios públicos.