Llevo unos días buscando entre mis papeles y documentos que guardo, con cierto cariño, en mi trastero. Y, entre muchos otros, he dado con una “ruta del mosto” que publicó El Semanal (espero que algunos recordéis esa publicación que dirigía Luis G. de la Rosa) en colaboración con la asociación cultural “Plailla de la red”, de grato recuerdo.
Dicha ruta del mosto, que no lleva ningún palito romano, esta prologada por “Ascención” (viene así en el prólogo) Pizarro, Ana María Gómez y el propio Luis G. de la Rosa. En esa ruta del mosto, de hace ya muchos años aparecen 15 despachos de mosto, repartidos entre el Barrio Alto, El Barrio Bajo y el Barrio. Muchos de esos despachos de mostos han desaparecido mientras otros se han reconvertidos en bares y otros siguen como despacho de mosto temporalmente, como todo el mundo, que le guste el mosto sabe.
Saco a relucir esta ruta del mosto porque en estos días la concejala de turismo (PSOE) y el concejal de fomento ¿de empresas? (CIS) presentan muy contentos ellos la III Ruta del Mosto de Sanlúcar. Esto de poner palitos, el próximo será con un palito y una V. y así hasta la eternidad. A ciertos concejales, y alcaldes, les encantan poner palotes a las cosas que ellos se inventan, o hacen que son los que lo inventan. Y los que vengan detrás tienen que poner en números romanos el dichoso cartelito de marra.
Hacer un repaso de vez en cuando por los documentos, papeles, folletos, propaganda… que uno viene guardando a lo largo de todos estos años te hace llevar algunas sorpresas, propias y extrañas, claro está. Buscado, como digo, me encuentro con un folleto de una candidatura del PP en cuya foto aparece, muy joven, eso sí, Juan Marín (CIS). Las vueltas que dan los papeles.
Un poco más adelante, y este ya en soporte digital, me encuentro a Irene García en una manifestación encadenada alrededor de la “Casa Arizón”. Cuando miro esa foto me digo para mí, y ahora paro vosotros, que ajena estaba la Sra. Irene de que esa foto pronto, muy pronto se convertiría, posiblemente no, en la primera equivocación de su vida política. Estoy seguro que de haberse propuesto la demolición de la plaza de abasto, antes de que la Sra. Irene García fuera alcaldesa, existirían unas fotos donde la Sra. Irene García se mostraría sonriente, siempre sonriente, encadenada, enlazadas las manos juntos a otros muchos que pensamos distinto y sin embargo ya no estamos en el mismo sitio.
