Usamos cookies propias y de terceros que entre otras cosas recogen datos sobre sus hábitos de navegación para mostrarle publicidad personalizada y realizar análisis de uso de nuestro sitio.
Si continúa navegando consideramos que acepta su uso. OK Más información | Y más
La cuarta Reyna Maja.
 
 
 
 
 
 
 
La cuarta Reyna Maja. PDF Imprimir E-mail
Usar puntuación: / 0
MaloBueno 
28 de Diciembre de 2010
Hoy día de los Santos  Inocentes, este su humilde desarticulista quiere alegrar el espíritu navideño trayendo a colación una leyenda rusa que nos habla de que fueron cuatro los Reyes magos.
José Luis Zarazaga.-Aún no sé si esta idea es fruto del atracón de pestiños o es que al final uno aunque sea  ateo y republicano va a tener su corazoncito navideño. Mejor me callo y paso a relatar nuestra historia pero a la sanluqueña, ¿ os que acaso os habéis pensado que esto es una inocentada.?
Cuenta la leyenda que fueron cuatro los Reyes Magos, aunque en el caso que nos ocupa podríamos definirla como una Reina Maja, ya que nos ha majado, con perdón a trolas y embustes. Nuestros conocidos magos llevaban oro, incienso y mirra, pero nuestra Reina Maja particular, después de ver la incredulidad en el oriente sanluqueño, fue más lista que el hambre y llevó como presente promesas incumplidas, claro está que cargadas sobre los lomos de sus simpáticos burritos, ¡que anda que hay pocos!
   Luego de más de tres años de camino, estos reyes se internaron en el desierto de la desolación política, todos se bajaron de sus cabalgaduras y dejaron de hacer oposición para así soportar la catástrofe que se les venía encima. Nuestra Reina Maja, que por no tener no tenía camellos, sino que se rodeaba de burros, buscó amparo en el Belén Municipal y desde allí trató de convencer a su pueblo de que el Rey Herodes no se había reencarnado en la figura de Zapatero.
 
   Nuestra cuarta Reina maja se encontró frente a un gran dilema. Si seguía intentando convencer a su pueblo, se retrasaría y perdería la caravana que la llevaría tras la senda del sillón presidencial, y ella no conocía el camino, pero por otro lado su buen corazón le decía que no podía dejar desamparado a su pueblo, vamos que con qué cara se iba a presentar el próximo 22 de mayo si los dejaba a todos bajo el arbitrio del terrible Zapatero.
 
   Finalmente vista la patraña que presidía la Diputación, el escaso eco del Griñán y la persecución del Rey Herodes Zapatero hacia su pueblo, decidió, por así decirlo quedarse aunque tuviera que consumir parte de sus ambiciones. Pero inocentemente no se puso triste, comenzó de nuevo su camino y acelerando el tranco de sus burritos comenzó con su campaña electoral para así acortar distancias con la ansiada mayoría. Como es costumbre en todo político que se precie empezó a caminar y a soltar trolas sin rumbo. Vio que su pueblo era presa de la desolación y pensó ¡mejor quedarme aquí ya que mi camino hacia la Junta ha pasado a ser un mero recuerdo!
 
    Quiso empezar raudamente la tarea para ganar la confianza perdida, había que talar todos los árboles y palmeras, había que demoler el Mercado de Abastos, había que levantar todas las calles, había que prometer viviendas, había que vender el servicio de aguas. Cuando se dio cuenta de la ingente tarea notó que había gastado gran parte de su tesoro, pero pensó que el pueblo dentro de su infinita ignorancia sería comprensivo con ella  y le votaría en masa ya que lo había hecho todo por su bienestar futuro. “Sanlúcar más limpia y más bonita”
 
   En el camino hacia el país de las urnas tuvo que detener muchas otras veces su marcha. Siempre se encontraba con una cofradía necesitada y había que montarle un monumento o concederle una subvención, algún cura al que había que instalar una placa, algunas Carlotas a las que había que dedicar una plaza, la necesidad era terrible, pero aunque temía que quizás no fuera lo correcto, no podía eludir tanta necesidad y el pueblo dentro de su bendita ignorancia agradecería su preocupación por arreglar tamañas carencias .
           
   Cuando llegó a la Calle San Juan, a la vera de la Biblioteca sintió unos terribles quejidos, pensó en pasar de largo como habían hecho otros, pero su buen corazón no se lo permitió, detuvo su marcha y descubrió que se trataba de su antigua oposición en la figura de Antonio Prats, sin pensarlo dos veces lo consoló y le quitó la terrible carga que lo afligía ya que lo dejó sin asignación municipal y le amputó tres de sus miembros. ¡Qué buen corazón tiene la Chiquitilla!
 
   Y siguió  a pié, había dejado atrás el lastre de sus burritos que tantas alegría le habían dado en estos años. Era la noche de un domingo víspera de la gran fiesta de la manzanilla. La gente estaba excitada, todos hablaban de lo que acababa de suceder, nuestra Reina Maja había gastado sus últimas fuerzas dirigiéndose hacia el sillón, como si llevara una pesada cruz hecha de cuatro años de promesas incumplidas.
 
   Y llegó. Dirigió su mirada desde el balcón hacia el ilusionado pueblo y una voz alegre dijo: ¡Hoy yo estaré en el Paraíso, a ustedes que os den!, ¡Viva los Santos Inocentes y Olé, si es que son como niños!
   Colorín Colorado y este cuento no ha acabado.
 
 
 
 
 

Vídeos
históricos más vistos

Últimas entradas más leidas

 
 
 
 
© 2024 Portal Sanlucardigital.es
Joomla! is Free Software released under the GNU General Public License.
 
Síguenos en
       
Sanlúcar Digital  ISSN 1989-1962