Son fuertes y enérgicos con los que menos pueden defenderse, léase pensionistas, emigrantes, parados, funcionarios mileuristas y a la vez pusilánimes y condescendientes ante la banca y los todopoderosos grupos de presión

José Luis Glez García.-En casi todas las listas de pecados capitales, la soberbia (en latín, superbia) es considerado el original y más serio, y de hecho, es también la principal fuente de la que derivan los otros.

Se fundamenta en mirarse en un espejo como Narciso, sobrevalorarse, y luego compararse a los semejantes. Creerse así más que los demás, despreciando  al resto, asignándoles  supuestos defectos, ignorando sus  virtudes... descalificando, en definitiva  insultando  la inteligencia de los demás...

El soberbio acaba aislado en su burbuja, autoexaltado en su mundo ideal y virtual, siempre rodeado por aquellos "compañeros y compañeras" que componen una sociedad de bombos mutuos, cual eco de grillos que cantan a la luna.

 

"La soberbia es la ceguera ante el error propio que impide ver el aprendizaje del acierto ajeno”. Aplíquense el cuento algunos políticos, que intentan vender una gestión inexistente, catastrófica, ineficiente, antisocial.  Son fuertes y enérgicos con los que menos pueden defenderse, léase pensionistas, emigrantes, parados, funcionarios mileuristas y a la vez pusilánimes y condescendientes ante la banca y los todopoderosos grupos de presión. Lamentable como han dejado el solar, tanto por acción como por omisión, y encima quieren repetir. Su ego está por encima de todo.

 

Yo mientras tanto medito las palabras de  mi admirado Gardel" :

 

Ahora, cuesta abajo en mi rodada,
las ilusiones pasadas
ya no las puedo arrancar.
Sueño con el pasado que añoro,
el tiempo viejo que lloro
y que nunca volverá.