Antonio Orellana y varios miembros de la directiva de Virgen de la Caridad, mostraron a los representantes de CIS las últimas inversiones realizadas en la Bodega y además agradecieron el apoyo que en todas las acciones realizadas y en las gestiones llevadas a cabo por el gobierno municipal, han recibido de  los independientes de CIS.  En la reunión que se prolongó por espacio de casi dos horas, se analizaron las necesidades reales de financiación de la cooperativa y de cómo y porqué se ha llegado a una situación, que desde el principio no contó con el respaldo de muchos cooperativistas, entre los que se encuentran los miembros de la nueva directiva.
 
Pese a ser una situación de extrema gravedad, las gestiones realizadas en los últimos días y las reuniones mantenidas, en especial con la agencia IDEA, hacen albergar esperanzas de que con el apoyo indispensable de la administración autonómica e incluso la estatal, se puedan llegar a soluciones que hagan viable el futuro de la cooperativa.
 
No obstante y como paso previo a la búsqueda de recursos económicos para buscar una salida económica, es requisito indispensable llevar a cabo un estudio de viabilidad de la cooperativa, que permita garantizar el futuro de la actividad vinícola y la recuperación y saneamiento de las cuentas internas de Virgen de la Caridad.
 
Juan Marín trasladó a la directiva la necesidad de plantear acciones de futuro que permitan, una vez se puedan resolver  los problemas económicos actuales, lograr valores añadidos a los productos de la cooperativa que permitan abrir nuevas expectativas y mercados a los mostos y vinos de los más de 700 productores que depositan sus cosechas en estas instalaciones y que a día de hoy tienen varias cosechas por cobrar.
 
En este sentido, los allí reunidos coincidieron en que son necesarias nuevas estrategias e innovar y adaptar los productos a las demandas de los consumidores, sirviendo como ejemplo los trabajos de investigación que algunas bodegas del marco han iniciado en relación a rebajar la graduación de los vinos y manzanillas para llegar a un mercado más amplio y exigente.
 
La relación entre las cooperativas y los productores del marco y la situación global en términos absolutos del sector no son del todo buenas a corto plazo y por ello es preciso llevar a cabo un plan estratégico del sector vitivinícola que permita entre otras muchas cuestiones formar a los viticultores y las personas responsables de dirigir las cooperativas y apostar porque los jóvenes se incorporen a estos conocimientos y oficios que de no ser así podrían comenzar a desaparecer en la zona.