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17 de Noviembre de 2011
Las dos estrellas del firmamento político español perseveran en sendas campañas electorales para perpetuar el bipartidismo excluyente y anacrónico
SD.-Hace ahora algo más de cuatro años el actual presidente de la diputación de Cádiz, señor José Loaiza, afirmaba en un acto público en el Hotel Tartaneros de esta ciudad su completa convición de que los demás partidos políticos no tenían nada que hacer en las elecciones en curso a excepción del PSOE, único rival que podía arrebatarle el poder. 
Hace dos días, en unn mitin en Almeria, el señor Pérez Rubalcaba ha proclamado al bipartidismo como único sistema para gobernar a España cuando afirmaba que el PP lo quería convertir en monopartidismo con su mayoría absoluta. Otro desliz mental del señor Rubalcaba que mostró su desconfianza en sus propias expectativas de triunfo.
 
Al final, no desean que ningún satélite eclipse sus trayectorias, de ahí el empeño de los dos grandes de querer asegurarse una alternancia que solo pasa por seguir exprimiendo el cainita deseo de  las dos Españas enfrentadas.
 
Es muy simplista, aunque democrática, la elección de alguna de estas dos opciones para seguir por los mismos derroteros a los que nos han llevado estos dos partidos, excluyendo con la trasnochada, pero conveniente ley D`hondt, a los partidos minoritarios que no tienen así ninguna posibilidad de pelear por lo suyo o sumarse a otro cambio.
 
Las estrategias del PSOE, cuando auguran ver todos los males de la caja de Pandora pululando por la piel de toro con el PP en el poder, el doberman, el niño repipi queriendo emular a sus padres para necesitar los servicios de una criada o empleada de hogar, no son suficientes para convencer a un electorado que, por el contrario, tampoco acaba de creerse los mensajes de los populares cuando arguyen que los socialistas sean unos manirrotos y, menos aún, que ellos solitos hayan sido los culpables de  los cinco millones de parados que registran las bases de datos del INEM.
 
Lo que sigue siendo inconcebible es que la actual ley electoral, a la que tantas veces se ha prometido cambiar, no contemple la posibilidad de la proporcionalidad de los votos, valorando más unos pocos de votos, nacionalistas por ejemplo, que aquellos que superando en diez los votos contados  obtienen un resultado, en número de escaños,   infinitamente menor.
La circunscripción provincial es totalmente injusta a la hora de asignar diputados
 
Para que toda esta diatriba sea más clara, si cabe, enumeramos seguidamente los resultados de las ultimas generales con sus votos emitidos y el numero de representantes asignados a las principales fuerzas políticas.
 
PSOE        11.064.524  votos   169 diputados
PP             10.169.973      “        153       “
IU                   963.040                 2           “
CiU                 774.317               11         “
EAJ-PNV       303.246                6           “
B.N.G             209.042                2           “
 
Visto lo visto en la lista anterior a Izquierda Unida le ha costado un diputado 481.520 votos, mientras que al PSOE solo 65.470 y al EAJ-PNV 50.541.
Dicho de otro modo, a los vascos les han bastado algo más de 300.000 votos para tener 6 diputados mientras que Izquierda Unida, con cerca de un millón de votos, obtuvo solo 2.
 
Siendo IU la tercera fuerza política más votada por los españoles,  ocupa el sexto lugar en esta pequeña muestra.
 
Las encuestas predicen una bochornosa derrota para el PSOE y una fulgurante victoria del PP, pero el día 20 de noviembre, sea quien sea con responsabilidad de gobernar España,  tendrá que dormir con la seguridad que el 21N Bruselas y los malditos mercados llamarán a la puerta de la Moncloa para entregarles la tarea con una ristra de medidas que seguramente asumirán como dolorosas, necesarias y otras lindezas gramaticales para que los cinco millones de parados y todos los que están a las puertas de unirse a ellos vayan asumiendo, difícil será, los recortes en el estado de bienestar para satisfacer la vorágine financiera, que no se ha comido ya a la deuda soberana española porque están las elecciones a las puertas.
 
Hace dos meses en nuestra modesta encuesta preguntando las posibilidades de que España fuera rescatada por la UE, el 60% de los encuestados afirmaban que España no sería rescatada, hoy en cambio el fantasma del rescate ha deambulado por la bolsa española con la prima de riesgo muy cercana a ese rescate.
 
Poco o ningún margen de maniobra tendrán en esas políticas neoliberales, casi criminales, para que nuestro gobierno soberano pueda mejorar la  calamitosa situación y las penurias que a buen seguro nos esperan.
Los recortes en algunas comunidades autónomas, de cualquier signo, son un aviso a los navegantes de los temporales sociales que se avecinan.
 
A los ciudadanos solo les queda, en este mar de zozobras, volver a dar la confianza a aquellos que le han defraudado continuamente, permutando sillones cada cuatro años, o votar otras nuevas y renovadas opciones de gobierno representadas en la minoria silenciosa. Y fuera el que fuera el resultado final, aunar voluntades y esfuerzos para ofrecer un futuro mejor a las generaciones siguientes, brindando apoyos al nuevo gobierno  salido de las urnas en todas las actuaciones, sensatas, encaminadas a mejorar nuestras propias vidas. El camino es duro pero finito.