Andalucía y la derecha Imprimir
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08 de Noviembre de 2018
"La derecha en España ha sido siempre malencarada e intolerante, embustera y tóxica y lo seguirá siendo hasta que no se sacuda de encima el franquismo descarado del que surgió y que aun la atenaza."
El viejo del Asilo.-Es cuando menos curiosa, por no decir miserable, la fijación de los políticos de derechas de este país por menospreciar y faltar al respeto a los andaluces. Para ellos es una obsesión, casi una tradición, no lo pueden evitar, lo llevan en los genes y es que, entre el desplante y la chulería, se les calienta periódicamente la boca en cuanto se acercan unas elecciones autonómicas. El ultimo vilipendio ha partido, hace unas semanas, de la exministra popular Tejerina, dando a entender, displicente, que los niños andaluces, en cuestiones educativas, comparados, por ejemplo, con los de Castilla, son tontos de puro atrasados y lo que viene a decir en realidad es que sus padres lo son también y encima son los culpables, pero por no votar lo debido y correcto, es decir, al PP. No hace mucho, Cristina Cifuentes, expresidenta popular de la Comunidad de Madrid, se dejó caer señalando, tan pancha y frescales, que los madrileños “pagan la sanidad y la educación de los andaluces”.
Y el ínclito Rafael Hernando, portavoz del grupo parlamentario popular en el congreso, abellacado, equiparó a Andalucía con… Etiopia. Por otra parte, la ingeniosa Esperanza Aguirre con su “pitas, pitas” tuvo la ocurrencia de compararnos con las gallinas, con motivo de que el gobierno andaluz redujera las jornadas que tienen que trabajar los jornaleros para recibir las migajas del subsidio de desempleo. Y la exministra Ana Mato también se apuntó al pimpampum cuando afirmó, tan campante ella, que los niños andaluces “son prácticamente analfabetos” y encima “dan clases en el suelo”, como los negritos en las aldeas perdidas de la selva. Mira que la tienen tomada con las criaturas. Estos políticos de derechas deberían de ir a sus exclusivos psiquiatras particulares y hacérselo mirar. A lo mejor con unas pastillitas ser relajan un poco y de paso se alivian en los traumas y en las maneras, quién lo diría. Pero no hay que asombrarse. O sí, porque a la derecha en este país jamás le ha interesado la educación del pueblo, lo que le ha interesado es que los pobres o el vulgo no sepan de nada, que cuanto menos estudien y lean mejor. ¿A qué viene esta preocupación por la educación del populacho? Ahí los tenemos, mascullando insultos y patrañas como matones de recreo mientras, eso sí, a sus retoños los tienen sanos y salvos en sus colegios privados y elitistas, para que no se codeen con la plebe no vayan a infectarse de analfabetismo. Y es que, a ellos, a estos políticos, realmente, les importamos una mierda, a ellos lo que les importa es hacerse con el poder en una Andalucía que, con razón, se le resiste. ¿Cuándo se han interesado la derecha por el bienestar del pueblo y la adecuada gestión de lo público? Ellos miran por ellos y por los suyos y cuando vienen al sur, vienen a pasar sus buenos ratos, se beben sus vinitos, se comen sus langostinos, toman el sol, bailan lánguidos sus sevillanas y lo que más les agrada es que los andaluces se andaluceen en plan tópico para ellos, es decir, que les hagamos de camareros simpáticos, de chachas graciosas, de peones serviles y sandungueros en las monterías, de cocheros agitanados y de humoristas dicharacheros en sus fiestas, etc. Siervos animosos que no se quejen ni sepan ni piensen, que es lo que les ha interesado siempre a la derecha retrógrada en Andalucía. Luego hablan de trabajadores indolentes cuando ellos no han agachado el lomo en su vida, de que estamos todo el día en el bar del pueblo tocándonos los huevos o bien la toman con el estatuto andaluz, que al impávido Rajoy le sonaba “a cachondeo” o con Blas Infante, padre de la patria andaluza, que el eurodiputado popular Alejo Vidal Cuadras consideraba como “un cretino integral”. No tienen solución. Este Partido Popular se comporta siempre como si fuera el dueño atávico del poder - que por ley natural creen que debe pertenecerle - y cuando no tienen el cortijo, el caballo y los vasallos – algo intolerable para ellos - estos políticos de derechas se descomponen, enrabietan y transforman y de debajo de un fino ultraliberal señoritingo emerge de pronto el botarate impresentable y lenguaraz. Y es que este país tiene la mala fortuna de que esta derecha no es normal y está a años luz de la derecha civilizada europea, equilibrada y respetuosa. La derecha en España ha sido siempre malencarada e intolerante, embustera y tóxica y lo seguirá siendo hasta que no se sacuda de encima el franquismo descarado del que surgió y que aun la atenaza.